Dejalo ir.

Yo era aquel pintalabios rosa que casi siempre se corría al besarnos, zapatos mega altos, música haciendo vibrar. Era todo para ti. Esos ojos marrones me lo hacían creer, esa sonrisa en tus labios me hacía pensar que estaban hechos para que los besara. Estaba realmente enamorada. Nunca me di cuenta, de que tu eras todo para mi, y no al revés.