La calma de un momento,
donde el silencio quiso hacer presencia...
Pueden quebrar murallas,
y tú puedes ser
la razón de cada uno de los míos...
O pueden ser tu salvación,
impidiendo esa discusión,
donde mis quejas
llegan hasta tu posición de fastidio.
Y creéme, jamás quiero cansarte.
Existen los causados por recuerdos...
También los de expresión,
ya sea pena, alivio, deseo, fatiga...
Cuando se acabe el tiempo de amar,
y me falte tu luz,
es allí cuando más dolerá;
y en un desconsolante reposo te anhelaré.
Exhalo tu paz, y tu entuciasmo...
No quiero quererte cuando no deba,
sólo quiero hacerlo a gusto.
Pretendo que sea sincero,
deseo del corazón.
Ansío que sea duradero,
y con espacio para expresarnos.
Adoro tanto tu sonrisa,
que es la razón por la cual
anhelo suspirar de alegría al verte.
Martina Padellaro
No hay comentarios:
Publicar un comentario